Una economía sumergida en la desesperación
¿Que es lo que nos importa más en está vida?…el trabajo, la familia, el amor, una situación desahogada, los problemas sociales, los inmigrantes…..creo que en conjunto nos debería importar todo, y creo que a la mayoría de los humanos ese es el sentido de la vida. Estamos estos días escuchando los mítines, las parrafadas, los debates, de esos que van a ser nuestros gobernantes, las personas que nos dirigen la vida, los que deciden sobre cuestiones que nos afectan directamente. Y debemos elegir al mejor, deberíamos meditar, pensar y decidir que es lo mejor para todos. Eso no es así. Estoy escuchando cada día, en la parada del autobús, en la cafetería, en la calle las conversaciones de la gente, (me encanta escuchar, observar a las personas, sin llegar a la chafardear o inmiscuirme en la vida de los demás) esas que tienen ideas, tienen esperanza, y sobre todo fe en que los gobernantes hagan cosas buenas, interesantes por nosotros. Todos anhelamos esa política, que es un poco utópica, de trabajo para todos, viviendas para todos, servicios sociales para todos….
También sabemos que eso es imposible, o difícil de conseguir, pero eso no tiene que ser un obstáculo, un impedimento para esforzarnos por conseguir cosas nuevas. Observo que hay una duda, una especie de pozo del que no se puede ver el final, un túnel negro que no nos deja ver la luz de la salida, la gente generalmente cree en las personas, no en los partidos, y eso es lo que hace la mayoría se fija en el físico, en la forma de mirar, de hablar, la confianza en general que notamos en él. A veces decidimos nuestra decisión por sus palabras, sus propuestas, y creo que es interesante concienciarnos que al final de todo lo que tiene que prevalecer con las ideas, los proyectos, los planes, pero que llegue el momento en que se cumplan. Que veamos a medida que pasamos por ese túnel una pequeña luz, que nos de la confianza de que no nos engañan.
Hay mucha gente indecisa, pero esa indecisión es culpa de los políticos, en su forma de actuar, de decir mucho y hacer poco, de mirar al que más tiene y no al que lo necesita. De tratar de engañarnos, de no cumplir las promesas…..
Tenemos que ser conscientes de la importancia que tiene el involucrarse en los temas del país,
Creo que se pueden hacer muchas cosas y debemos exigirlas, al menos las primordiales, las ínfimamente necesarias, porque tenemos derechos, tenemos que ponernos de acuerdo todos para que vean que estamos interesados en reformas, en futuro, en vivir dignamente, y no cruzarnos de brazos como hacen muchos, quedarse quietos e indignados porque no creen en los políticos, sin poner su palabra en las urnas, porque dicen estar desilusionados, y lo único que hacen es perder la oportunidad de declarar, de decir y reclamar eso que es suyo. Si todos nos quedáramos en casa, no votáramos, no reclamáramos nuestros derechos, todo se perdería, no existiría nada, daría igual una cosa que otra. Hoy escribo esto, porque ya llevo varios días que me he encontrado con personas que dicen lo mismo, «yo no votaré, son todos iguales»…si a lo mejor si, pero a lo mejor no, a lo mejor está vez no son iguales. Se han conseguido muchas cosas y aún tenemos que reclamar más. Tenemos que ser conscientes de la importancia que tiene el involucrarse en los temas del país, porque entre todos está la decisión, la fuerza para que cada día estemos mejor. Si nos acomodamos, nos callamos, ignoramos el presente, puede que no haya futuro.
Espero que todos pensemos en lo que podemos hacer, en lo que podemos conseguir, en el futuro nuestro y de nuestros hijos. No comprendo a esas personas egoístas que solo piensan en ellas, algunas de esas que no les importa nada la continuidad, dicen: «yo no viviré para verlo, ya se apañaran»….eso es egoísta, lo que tengan en el futuro nuestros hijos, nietos, será y dependerá de nosotros.
A mi me importa y mucho el futuro, mi hijo, mi trabajo, mi vida, poder respirar tranquila, irme a dormir sin pensar que pasará mañana, poder mirar al cielo y verlo azul, al mar, ver los pájaros, la fauna, hablar con gente de otro país, comprenderla, ayudar a las personas que lo necesitan…todo eso es vivir, todo eso es sentirte feliz, notar que el corazón te lanza un grito cuando te sientes satisfecho de haber hecho algo grande, algo importante, algo quizás insignificante para otros, pero que a ti te engrandece.
Esa indecisión es culpa de los políticos, en su forma de actuar, de decir mucho y hacer poco, de mirar al que más tiene y no al que lo necesita.