Cada día escucho esa radio que me dice de ti, me acerca un poco a tu persona, ya sé que tienes un programa y lo escucho siempre. Al oír tu voz, es como si volviera a aquella tarde del mes de abril, en el aeropuerto, con las maletas, las ilusiones, y sin que te dieras cuenta metí un trozo de mi corazón en una de ellas, en la maleta de mano, para que siempre estuvieras conmigo y yo contigo. Has conseguido aquello que tanto buscaste, todo aquello que acá parecía una ilusión, una fantasía, por fin se ha hecho realidad, ¿sabes?, me alegro por ti. Siempre tuyo.