Carta anónima a un maltratador

Te voy a llamar por llamarte de alguna forma, Roberto, está carta va dirigida a todas esas personas que no tienen una brizna de sentimiento interno, de amor, de sensibilidad. Te escribo porque creo que esas actitudes descontroladas vienen por alguna razón, unos por dificiles vivencias de infancia que tienen grabadas en el inconsciente y que jamás saldrá a la luz,  otras he llagado a pensar por odio a algo o alguien, o por problemas de autoestima.

Hoy solo vale, la violencia, la autoridad, el egocentrismo, la envidia, la rabia, y todo eso en un momento dado salta, explota como una bomba. Hace que personas que jamás hubieras imaginado saquen ese demonio dormido que llevan dentro. ¿Crees que por pegar, eres más hombre?, no, eres un insignificante ser, que cada día que pasa te vuelves más mezquino, más odiado, más pequeño. Deberías  sentir en tu propio ser que es lo que siente una persona cuando después de haber cocinado un buen plato, le dices que es un asco, que está soso, asqueroso. Cuando se le cae un vaso  sin querer, con un terror escondido, pero que intenta disimular, en vez de hacer como si nada, la coges por los pelos y le das una paliza.

Deberías saber que una persona que siente eso, se va empequeñeciendo, va dejando de lado su estima  hasta convertirse en alguien que llega a creerse que la culpa es de ella, deja de mirarse en el espejo porque no se ve, ve un monstruo, ve alguien que no vale para nada, se ve fea, se ve odiosa. Deberías sentir en tu piel que el daño que haces queda impregnado en el cuerpo, que el sentido de culpa se apodera de tu ser, y entonces desapareces. ¿Crees que vale la pena decir “conmigo o con nadie”, “tú eres solo mía”….y otras tantas frases que te suenan a amenaza continua y a sentir el terror a flor de piel, pensando si hará algo, si serán verdad las amenazas, si un día lo hará.

Nadie pertenece a nadie, en el momento que nacemos somo personas individuales que creceremos y que tenemos el derecho a ser libres, a elegir, a respetar, a vivir la vida que queramos, pero no a ser prisioneros de nadie y menos de la persona que “de hecho” tenía que ser el amor de tú vida. Esa que siempre muere y se deshace por hacerte las mejores cosas que sabe.

Sueño con que un día todos como tú, pudieran tan solo vivir algunos de esos tristes y dolorosos días en que esas mujeres sienten.

Espero que esta carta te haga reflexionar sobre algo que no debería existir, porque si esto es permitido, quiere decir que hay personas que no tienen dignidad, no tienen la esencia de la vida, no sienten nada por nadie, y eso es la muerte del ser humano.

Alma

Este poema lo escribí en diciembre, antes de acabar el mes, antes de que me operarán de una mancha precancerosa en un lugar muy delicado, prefiero no nombrarlo.

Cuando te dan una noticia de este calibre, te quedas sin sentido, sin habla, sin saber que es real lo que estás viviendo. Entonces, mi única arma para poder centrarme, superarlo y pensar que todo irá bien, fue escribir un poema. Cada día escribo, escribo lo que siento, lo que pienso, lo que odio, lo que me angustia, lo que me hace feliz y muchas cosas más. Gracias a eso me siento más fuerte, menos vulnerable, más segura pero sobre todo «más yo». Porque la vida es única e irrepetible, porque nadie es dueño de tu vida, nadie tiene el derecho de arrebatar nada de lo que piensas, eres..

Este año van a pasar muchas cosas, espero y deseo que más buenas que menos buenas, pero seguiré luchando por la vida, por mi libertad en todos los sentidos, por no derumbarme, por no sentirme pequeña y olvidada, por no hacer caso de todos esos, que juzgan gratuitamente a las personas sin siquiera pararse un segundo a mirarse en el espejo. Este año voy a ser «YO».

La vida es como un viaje en tren, hay muchas estaciones, hay muchas paradas pero, sólo hay un destino y debemos elegir bien donde vamos, si queremos pararnos antes o después, si queremos seguir hasta el final o arrepentirnos y bajar en una estación para volver sin llegar a descubrir lo que hay en ese destino final. Yo este año no voy a apearme en ninguna estación, voy a seguir a ese destino que me he propuesto, ese maravilloso lugar que me espera para ser yo misma, para aprender más, para sentir una paz interior, para poder ser «YO misma» y creer en mi. Porque a pesar de todo, soy un ser único y especial. Voy a quedarme en ese tren hasta el final con fuerza, mucha fuerza y valentía, porque creo que si alcanzó esa meta, ese destino encontraré esa paz interior, esa tranquilidad del alma, esa calma tan hermosa que en estos momentos necesito.

Dice una frase muy bonita : «Los valientes nunca se arrepienten» y yo soy una de ellas.

Esperanza

Esperanza

Me invade ese terrible ahogo en la garganta,
me aprieta el alma, y me duele la voz
de querer, de amar, sentir, llorar, vivir,
está caprichosa enfermedad,
me hace gritar, acobardarme,
me desespera, esa mi enemiga.

No lloró por pena, lloró por rabia,
lloran mis venas, cosquilleo sensible,
que siento dentro de mi piel,
una sensación de ser algo o alguien.

Me duele la voz de recitar,
canciones de amor,
siento dentro de mi, esa paloma,
que volar quiere libre, volar sin destino,
que jamás me abandona,

El alma me grita una suave palabra,
me invita a descubrir, a encontrar,
esa palabra que no se escucha,
esa palabra que no se siente,
esa palabra que no se ve,

Esa palabra que es “esperanza”,
porque esperanza eres tu,
esperanza somos todos. 

Valiente y poderosa

Manuela era de esas mujeres que les ha pasado en la vida de todo, se podría decir, que ha conseguido no seguir los cánones impuestos por una sociedad de más de dos mil años, en el que la mujer, tenía como contrato de vida, seguir unos pasos que afortunadamente ella nunca, o casi nunca cumplió. Nació en una familia de clase media-baja, un invierno de 1963, exactamente el 28 de diciembre, el día de los inocentes, eso quizá sería el augurio de su historia. Una historia llena de acontecimientos que, seguramente jamás se imaginó. La infancia pasó como la pasan la mayoría de los niños y niñas, el colegio, los amigos, las excursiones, los veranos en el pueblo de sus abuelos, los inviernos esperando las Navidades y los Reyes Magos. En el colegio se sintió ya desde el principio como un bicho raro, era pequeña, delgadísima, y no muy agraciada. Aunque siempre fue como le decían “una niña muy buena y cariñosa”. La llamaban, palillo, Frankestein y otras lindezas. Pero, su tesón y sus ganas de superación las proyecto en la lectura, en el deporte, en el baloncesto, donde podría haber llegado a ser una buena jugadora. Pero, en aquellos años en el equipo estaba la hija del Director, la hija del conserje, la hija del Secretario y aunque no tuvieran ni idea, ellas eran las protagonistas de todos los partidos que se celebraban en los fines de semana. Manuela y otra jugadora se quedaban en el banquillo, hasta que faltaban tres minutos para acabar el partido. Entonces, el entrenador cambiaba a las jugadoras por las del banquillo, a un perdiendo todos los partidos. Una injusticia que Manuela no soporto y marcho del equipo después de nueve años. A los 13 años empezó a estudiar Formación Profesional, esa sería una de las mejores decisiones que tomó, ya que, gracias a ello, en el futuro sería una profesional en Administración y trabajaría en despachos de abogados y otras empresas importantes. Pero a lo que íbamos, normalmente o casi todo el mundo tiene un patrón estructurado de los pasos a seguir en la vida, que son: Nacer – Crecer y ser niño – Estudiar – Enamorarse -Buscar un trabajo -Casarse Tener hijos y nietos, o no.- Envejecer – Y finalmente morirse. Manuela no hizo casi nada de eso, en ese orden. Nació, creció. Estudio, trabajó, no se enamoró, tuvo un hijo, se casó, por no sé qué motivo, ya que no estuvo enamorada nunca de esa persona, malvivió, se separó y divorció, hizo lo que le dio la gana, paso dos años haciendo lo que no había hecho en veinticinco, aún a veces traspasando los límites de situaciones que le podían haber perjudicado mucho. Se bebió de golpe toda esa libertad que no tuvo, lo dio todo a quien no debía, se gastó todo lo que tenía por un amor enfermizo que nunca la correspondió, Aunque, en ese tiempo también hizo cosas que no había hecho nunca, disfruto de excursiones, de barranquismo, de ver lugares precisos, de ir a recoger setas, de recitar sus poemas, de noches en vela escribiendo bellos poemas que fueron el producto de una experiencia única. Al cabo de un tiempo se volvió a enamorar, pero está vez de verdad. En ese tiempo, enfermo, sufrió, y recupero esa alegría, que era su estandarte de vida, la positividad, la risa, los buenos momentos, ser siempre esa niña que llevamos dentro y que siempre quiso ser y no le dejaron. Los principios de la vida por fuerza son los mismos, pero ella cambio a partir de los 17 años. Antes de acabar de estudiar se puso a trabajar en un restaurante, se quedó embarazada de unos de sus compañeros, tuvo a su hijo, porque era su deseo, a pesar de todos los obstáculos, de su abandono por parte del padre biológico, la echaban del trabajo porque la imagen de una niña de 18 años, camarera, cajera y embarazada no quedaba bien en el restaurante, vamos, todo a su favor. Lo cuido, lo mantuvo y le dio todo el amor que se puede dar, trabajando 16 horas diarias y quedándose sin esa juventud que le decían que iba a perder, pero ella no perdió nada, al contrario, gano el motor de su vida, la fuerza por seguir hacia delante y ser una buena persona. Cuando ese niño tenía seis años, se cruzó otra experiencia que le marcó para siempre, el conocer a alguien que le maltrato psicológicamente durante 22 años, pero que consiguió que Manuela se hiciera mucho más fuerte. Hasta que llegó ese día con todo su valor y cogió dos maletas y desapareció, porque no podía más. Siempre se pregunta la gente porque una mujer maltratada no abandona, porque no se va, pues no se va por miedo, porque esta enganchada a algo incomprensible, sin sentido, porque es como tener el síndrome de Estocolmo, no juzguemos nunca a nadie, porque a todos nos puede pasar. Durante los dos años siguientes a su separación, se liberó de tal manera de ese pasado oscuro, violento, depresivo que pasaba de todo, salía cada día con los amigos, bebía, los fines de semana eran una locura, pero ella disfruto, hizo después de todo “lo que quería hacer” sin que nadie le dijera lo que tenía o debía hacer, fuera correcto o no. En el año 2014 le detectaron una enfermedad que la dejó sin nada, pesaba 37 kilos, no podía casi ni caminar, no tenía defensas, pasó por operaciones, biopsias, broncoscopias y cientos de pruebas. Al final todo pasa, aunque quede esa cicatriz, pasa por algo, y en Manuela fue por su fuerza y ganas de vivir. Ahora Manuela ha encontrado a la persona que le da lo que creía que no existía, confianza, amor, respeto, espacio, no la juzga, y le da esa libertad que pocos saben dar. No es perfecto, nadie lo es, pero esa calma y esa entrañable manera de ser es lo único que quiere. Manuela ha conseguido lo que pocas personas consiguen, “ser feliz”, “ser positiva”, “ser empática”, “ser ella misma” “ser risueña”, y sobre todo nunca perder ese espíritu de niña, de locura, de querer hacer cosas, de ser inquieta, implicada, altruista y sobre todo “artista de pintura, poemas, manualidades, relatos”. ¿Os gustaría conocer a Manuela? Seguro que muchos os sentís identificados con ella. Porque en este mundo existen miles de Manuelas. Aunque pocas personas en esta sociedad piensan en ellas, viven deprisa, ciegos, mudos y sordos a lo que pasa a su alrededor. Manuela es tu vecina, tu compañera de trabajo, la persona que se sienta a tú lado en el tren o en el metro, esa que te cruzas por la calle y ni tan siquiera la miras. Ojalá está pandemia que nos ha azotado a todos, globalmente nos dé un golpe fuerte y nos haya hecho parar un momento y reflexionar que lo más importante en la vida son las PERSONAS.

Autor: Lois Tarranco  

Proyecto en Verkami

EL PROYECTO DE MI VIDA
https://vkm.is/inocenciarota

LA INOCENCIA ROTA

Hola amigos, desde el 1 de septiembre tengo mi proyecto en Verkami para poder publicar mi libro de poemas, un libro que lleva años gestándose, que lo he escrito con todo mi alma, corazón, con mi propio criterio, mis propias experiencias, mi vivencias, mis visiones de la vida, la humanidad, las personas que vemos cada día por la calle y son invisibles, cualquier tipo de violencia de genero y muchos más temas.

Si queréis apoyar este gran proyecto que según algunas editoriales es bastante bueno e interesante, podéis entrar en el enlace siguiente:

https://vkm.is/inocenciarota

Os lo recomiendo si amáis la poesía, si queréis ser testigos de un poemario dulce, embriagador, sincero, optimista, con una belleza emocional con gran valor. Esta hecho con un lenguaje rico, minucioso y personal que está adaptado a cualquier público ya que es claro y conciso utilizando palabras comunes que cualquiera que lo lea lo entenderá. Creo una fascinante mezcla de interés e indignación por temas sociales que son invisibles para la mayoría de personas.

Si queréis descubrir algo brillante que lleva años gestándose y que aquí algunos pudisteis leer hace años, algunos de ellos, y me apoyasteis ya que llegué a tener casi 1 millón de visitas en menos de dos años, ahora os pido que pongáis ese interés que teníais en este proyecto que es mi vida, mi parte del alma.

Gracias a todos!!!!

telodigosindecirlo

realidad interpretada

Jerónimo Alayón

Lingüista y filólogo

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Relatos eróticos para mujeres y hombres.

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